Congregación Misioneras Dominicas del Rosario: 100 años sirviendo en la labor de Cristo
miércoles, 20 de septiembre de 2017
martes, 19 de septiembre de 2017
CONGREGACIÓN MISIONERAS DOMINICAS DEL ROSARIO
Una congregación misionera inserta en el corazón de los pueblos,solidaridad con los que sufren pobreza y exclusión.
Somos una congregación misionera formada por hermanas de 22 nacionalidades y presentes en 21 países del mundo. Creemos en la fraternidad universal, confiamos que es posible construir otro mundo desde la diversidad y desde la riqueza de cada pueblo, comunidad y persona, por ello vivimos en pequeñas comunidades compartiendo la vida y la misión.
Buscamos en comunidad fraterna, por medio del estudio y la oración, las luces necesarias para descubrir la presencia de Dios en medio de nuestra realidad, reconociendo las señales de vida y las sombras que atraviesan nuestra humanidad herida.
Es la Palabra de Dios la que nutre nuestro compromiso por el Reino e impulsa nuestras iniciativas y proyectos, es la fuente de nuestra predicación, anuncio y denuncia.
En 1918 nace la nueva Congregación, fruto del Espíritu, del esfuerzo, y del amor que experimentaron nuestros fundadores por los pueblos originarios, de manera especial por las mujeres y la lucha por su dignificación.
Desde el río Madre de Dios fluyó la vitalidad de nuestro Carisma hacia China, luego nos fuimos extendiendo por diversas latitudes, teniendo como único móvil compartir nuestras vidas con los empobrecidos y acompañarlos en los procesos de liberación.
El 5 de octubre se funda la Congregación de las Misioneras Dominicas del Rosario, cuyo carisma se inspira en el amor profundo que experimentaron los Padres fundadores Ramón Zubieta y Madre Ascensión Nicol, por los pueblos originarios, de manera especial por las mujeres de la selva. Al celebrar 100 años de su fundación, recordemos con este documental su nacimiento y obra.
Somos una congregación misionera formada por hermanas de 22 nacionalidades y presentes en 21 países del mundo. Creemos en la fraternidad universal, confiamos que es posible construir otro mundo desde la diversidad y desde la riqueza de cada pueblo, comunidad y persona, por ello vivimos en pequeñas comunidades compartiendo la vida y la misión.
Buscamos en comunidad fraterna, por medio del estudio y la oración, las luces necesarias para descubrir la presencia de Dios en medio de nuestra realidad, reconociendo las señales de vida y las sombras que atraviesan nuestra humanidad herida.
Es la Palabra de Dios la que nutre nuestro compromiso por el Reino e impulsa nuestras iniciativas y proyectos, es la fuente de nuestra predicación, anuncio y denuncia.
En 1918 nace la nueva Congregación, fruto del Espíritu, del esfuerzo, y del amor que experimentaron nuestros fundadores por los pueblos originarios, de manera especial por las mujeres y la lucha por su dignificación.
Desde el río Madre de Dios fluyó la vitalidad de nuestro Carisma hacia China, luego nos fuimos extendiendo por diversas latitudes, teniendo como único móvil compartir nuestras vidas con los empobrecidos y acompañarlos en los procesos de liberación.
El 5 de octubre se funda la Congregación de las Misioneras Dominicas del Rosario, cuyo carisma se inspira en el amor profundo que experimentaron los Padres fundadores Ramón Zubieta y Madre Ascensión Nicol, por los pueblos originarios, de manera especial por las mujeres de la selva. Al celebrar 100 años de su fundación, recordemos con este documental su nacimiento y obra.
FUNDADORES DE LA CONGREGACIÓN MISIONERAS DOMÍNICAS DEL ROSARIO
MONSEÑOR RAMÓN ZUBIETA Y LES
Conociendo su vida y sus logros descubrimos que, si bien el P. Ramón Zubieta fue un hombre de su tiempo, tuvo tal visión de futuro que hoy asombra y que la hace válida dar respuesta a muchas búsquedas actuales.
Él aprovechará los adelantos técnicos de la revolución industrial y los llevará a la selva peruana, convirtiéndose en impulsor de muchos cambios que sacan de las sombras a la Amazonia Peruana, selvática y desconocida, y la incardina en la geografía y en la historia socio-política del Perú.
Su vida culmina con la Fundación de las Misioneras Dominicas del Rosario. Desde el inicio piensa en que su acción no sea limitada a su Vicariato y les da una proyección universal. Su vida fue corta: moría a los 57 años y había pasado más de 30 como misionero de primera línea en Filipinas y en Perú. Prefirió morir a retirarse un tiempo para recuperar su salud. Se admira en él la heroicidad de sus hazañas, el encanto de su bondad paternal y su entrega sin reservas al servicio del Reino de Dios.
«Muchos me hablan de la fiereza de los nativos de esta región, y de las enfermedades de la Montaña, mas yo a nada atiendo; cumpliremos con nuestro deber, poniendo como siempre nuestra confianza en Dios»
Nuestra Fundadora:
Madre Ascensión Nicol Goñi
Madre Ascensión Nicol Goñi
Ascensión Nicol nació en Tafalla, pequeña ciudad de Navarra (España) el 14 de Marzo de 1868. Su nombre de bautismo era Florentina (Flori). Su primera educación fue la propia de los ambientes y familias cristianas de la época; enseñanza y testimonio de su familia, de la parroquia y los vecinos que vivían el amor y la unión, el trabajo y la solidaridad. Era la menor de cuatro hermanos y necesariamente había que compartir y colaborar.
Cuando tenía 14 años su padre la llevó al Colegio-Internado de Santa Rosa de Huesca para seguir sus estudios. Esta nueva experiencia de vida marcó también su personalidad, creando nuevos horizontes, ideas, amistades y posibilidades de futuro.
El contacto con la vida Religiosa creó en ella un interrogante sobre su vocación. Y cuando tomó la decisión de ser religiosa, al terminar sus estudios, prefirió volver un año a su familia para clarificarse plenamente antes de seguir su vocación.
Su opción radical por el reino
Después de clarificar su vocación en el ambiente familiar, vuelve al Convento de Santa Rosa de Huesca en 1885 e ingresa para ser Religiosa. Recibe el hábito e inicia su formación. Un año más tarde hace los primeros votos y comienza a trabajar como profesora en el Colegio. Durante veintiocho años dedicó su vida a la enseñanza.
Su vida espiritual avanzaba, en fidelidad admirable, por el camino que Dios le iba mostrando. Compartía con las demás hermanas, sus deseos de acercarse a los hermanos más necesitados, aun en lejanas tierras, cuyas noticias les llegaban a través de las revistas misioneras de la época.
“No hubo un día triste para mí desde que me consagré a Jesucristo”
Las hermanas dominicas del rosario Fueron las primeras mujeres que se internaron en la selva peruana el 16 de Junio de 1915 llegando por el río Tambopata el 10 de Julio del mismo año: “luego de tres días a vapor hasta Mollendo, tres días de tren hasta Tirapata, tres días de coche hasta Limbani, seis de mula hasta Astillero y cuatro de canoa a Maldonado.” Allí les esperaba el pueblo y sus autoridades. La casa que se había preparado para las Hermanas, quedaba en Pueblo Viejo a 40 metros del rio Tambopata.
Puerto Maldonado, lugar ignoto, enclavado en el corazón de la selva peruana, rodeado por los ríos Madre de Dios y Tambopata, fue el marco geográfico en que se puso en marcha el dinamismo misionero que daría origen a la nueva congregación el 05 de octubre de 1918.
Maldonado adquirirá, con el tiempo un valor simbólico; no será un signo estático, como si todo estuviera fijado desde el comienzo. La primera vivienda de las Hermanas en pueblo viejo, aquella que guardaba “los inicios”, se la llevó el río Madre de Dios en una de sus crecidas; desde aquí fluyó la vitalidad de nuestro Carisma hacia distintos lugares del mundo, compartiendo nuestra vida con los más pobres:
“De Maldonado a los nuevos Maldonados del Mundo”…
Hoy estamos presentes en 20 países del Mundo.
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